El Palacio de Armijo, sede de El Justicia de Aragón, ha sido testigo de la promesa de Javier Hernandez en su toma de posesión como Lugarteniente del Justicia.

Se trata de la recuperación de una figura histórica aragonesa, que se incluyó en la normativa que regula esta Institución en 1985, pero que no había sido desarrollada hasta el momento.

Acompañado de numerosas autoridades, y ante el Justicia, la Presidenta de las Cortes y la Comisión que refrendó su nombramiento, Javier Hernández, ha prometido su cargo y a continuación ha dirigido unas palabras a los asistentes.

En ellas, ha destacado su amor por el Derecho: “De Montserrat a Dolado, mi vida ha sido el Derecho, formándome y trabajando en él, ya como abogado y asesor jurídico en diversas administraciones, ya en la docencia universitaria”.

Hernández, “aragonés de opción” como ha explicado, “pues nacido en Barcelona e hijo y nieto de murcianos, albaceteños, andaluces y alicantinos…. Opté por ser y sentirme aragonés hace ya más de 35 años… y no me equivoque”.

El Justicia, Ángel Dolado, ha hecho un repaso de las virtudes de su hasta ahora Asesor-Jefe y ahora Lugarteniente, así como su carrera profesional.

“A lo largo de su ya dilatada carrera ha logrado conciliar e impulsar su propio despacho de abogados, la gestión y promoción del deporte y una participación en la difusión del derecho tanto en sus publicaciones, como en su habitual presencia en los medios de comunicación, siendo un gran comunicador”

Haciendo un guiño al pasado el Justicia ha dedica estas palabras a quien ya venia ejerciendo como su mano derecha en la Institución:

“No quiera la dichosa providencia, el destino u otro Felipe II que tengas que sustituirme temporal o permanentemente….

Pero sí que espero y deseo, que sin sucesos de por medio, logremos disfrutar junto al resto de Asesores y Funcionarios de la Institución de unos provechosos años de servicio y dedicación al conjunto de la sociedad aragonesa”

Y ha terminado citándole el Fuero de Teruel,

“distingas lo derecho de lo tuerto, seas comunal en tus juicios…. Y que ni por temor de personas ni por vergüenza ni por amor de parientes, amigos, vecinos o extraños o por dineros dejes la vida derecha”.